Manzanares

Fundación en Manzanares

La fundación de nuestra Comunidad, según se lee en las crónicas de la casa, es floración y fruto de una amistad.

Regía en el Arzobispado de Valdepeñas el prestigioso sacerdote, venerado en toda la Diócesis de Ciudad Real, Don Canuto García Barbero y en Manzanares, Don Inocente Hervás y Buendía. A ambos les unía los lazos de la más sincera amistad.

D. Canuto, en conversación con su amigo, había manifestado en diversas ocasiones, la satisfacción que sentía por haber conseguido, en su Parroquia, la instalación de un Centro Educativo, por los óptimos frutos que, en tan breve tiempo, iba ya recogiendo.

Don Inocente se sentía con ello estimulado a dotar a Manzanares del mismo beneficio y, sin pensar en más, solicitó de nuestra Madre Fundadora la erección de una Comunidad que, al igual que en Valdepeñas, se ocupara de la formación humano-cristiana de las niñas y jóvenes.

Es fácil intuir la zozobra interior que, en cada nueva fundación experimentaba el alma de nuestra Madre Fundadora: sus Religiosas eran pocas y escasa la experiencia de la mayoría. Fruto de este hondo sentimiento, la queja confiada a una de sus hijas: “nuestra Congregación, hija, tiene un grave defecto”, y al preguntarle cual era, para remediarlo le dice: “… las Religiosas son todavía muy jóvenes”.

Cada nueva fundación, a la sola vista de sus miembros, era un verdadero despropósito; algo así como, lo que debieron experimentar los Apóstoles cuando rodeados de una gran multitud hambrienta, oyen de Jesús que les dice: “dadles vosotros de comer”… y añade el Evangelista, sólo tenían cinco panes de cebada y dos peces. Esto lo decía para probarles, porque Él bien sabía lo que iba a hacer.

Nuestra Fundadora, tampoco quería interrumpir la abundante floración de bienes con que el Señor iba sembrando el trabajo sencillo y laborioso de sus Religiosas por aquellos dilatados y bien dispuestos campos de Andalucía y de la Mancha.

Era tanta, dice el primer biógrafo de Madre Carmen, la ponderación que se hacía del mérito y trabajo del nuevo Instituto, que los pueblos se disputaban el honor de tener una casa de las hijas de Madre Carmen.

Una vez más, la naciente Congregación, ensancha sus exiguas posibilidades y se dan los primeros pasos para la nueva fundación. La vivienda de las Religiosas ya estaba, en la mente de todos, fijada en el pueblo; sería el “conventillo”, antiguo convento de  Carmelitas Descalzos, muy viejo y deteriorado, y que según la tradición, en él estuvo Santa Teresa y el Beato Diego de Cádiz.

Era una donación que los Sres. González-Calero y Carrascosa cedían, en cumplimiento de los propósitos que habían recibido del Excmo. Sr. Don Pedro Carrascosa, Obispo de Zoara, con la condición de destinarlo a fines piadosos.

La donación de los citados Señores en favor de Madre Carmen Sallés  Barangueras, Superiora General y Fundadora de las Religiosas Concepcionistas, se hizo mediante Escritura en Manzanares, el 18 de abril de 1906. El legado comprendía, además del solar con algunos edificios que ocupó el convento, un huerto cerrado de 57 áreas y 70 centiáreas.

El inmueble presentaba pésimas condiciones de habitabilidad; requeriría  importantes reparaciones si había de ser utilizado para colegio. No faltaron en el pueblo personas que, además de caritativas, amaban la enseñanza e instrucción, presentándose a colaborar en cuanto pudieran. Entre ellas, las Religiosas siempre destacaron a los Señores de España, Jaaba, Cantalejo y Noblejas.

La autorización, para la erección de la Comunidad, fue concedida por el Excmo. Sr. Don Remigio Gandásegui, Obispo Prior de las Órdenes Militares de Ciudad Real.

Con este requisito y hechas las reparaciones más imprescindibles, el 5 de noviembre de 1906 llegaban nuestras Religiosas a Manzanares. La bendición de la Capilla, según consta en el acta parroquial, levantada por el entonces Sr. Cura Párroco y Promotor de la fundación, Don Inocente Hervás y Buendía, se verificó el 15 de noviembre de 1906.

La apertura de las clases no se indica cuando tuvo lugar, sí que las aulas estaban preparadas para 130 puestos escolares y estuvieron siempre muy concurridas.

La primera Comunidad estaba constituida por:

–          M. Candelaria Boleda, Superiora Local

–          Sor Petra Andrés

–          Sor Mariana Cuenca y

–          Hna. Alacoque Alonso.

Al año siguiente, 1907, con fecha del 26 de septiembre, se obtiene licencia para establecer un Noviciado en la Comunidad, quedando incrementada por otras dos Religiosas:

–          M. Teresa Cotrina  y

–          Hna. Tomasa Garín

 

En calidad de postulantes, las primeras que llegan son: Mariana Cuenca e Irene Mediavilla Valle y, encabezando la lista de Novicias: Adoración Gastón Gómez y terminado con Juana González del Barco, un total, que no es exhaustivo, de 20 novicias hasta 1911.

Por aquel entonces, tanto los ingresos, como la permanencia en el Noviciado hasta la Primera Profesión, no eran únicamente en una sola Casa de la Congregación, a juzgar por los Obispados que toman parte en la aprobación, bien sea para la Toma de Hábito, como para la Primera Profesión. En el intervalo de 1907 al 1911 son 50 los ingresos en España, a juzgar por el número de orden que recibían en el ingreso de Postulante.

Cuando definitivamente se pasa el Noviciado a Madrid, la zona ocupada por el noviciado se anexiona al colegio, por lo que el número de niñas se incrementa quedando, en la Comunidad, una sola actividad: el Colegio.

Así, en este estado de cosas, los años fueron sucediéndose de manera tranquila, hasta que un acontecimiento nacional desagradable vino a sacar, de su estado normal, la vida de la comunidad: la guerra civil del 1936. El colegio y la vivienda de la comunidad fueron invadidas, teniendo las Religiosa que salir a las casas de algunas familias que les abrían sus puertas, aún a costa de grandes y graves peligros; bastaba que alguna familia acogiera a un sacerdote o religioso, para perder la poca tranquilidad entonces posible. No obstante, una vez más, Dios nunca nos abandonó y deparó almas caritativas que ofrecían gustosas sus viviendas a las Religiosas.

El 15 de septiembre de 1939, pudieron volver las primeras religiosas, gozosas de volver a rehacer, lentamente, las antiguas dependencias de la Comunidad y Colegio.

En 1950 llega la matrícula de alumnas a 400; se han mejorado todas las dependencias y construido otras; sólo queda una, la más importante: la construcción de una Capilla amplia y capaz para todo el colegio, digna del Señor Sacramentado y de la Virgen Inmaculada.

Al fin, gracias a los desvelos, digno es de reconocerlo, de M. Matilde Martínez Torres, alma del Colegio y de la comunidad, por esos años, el 28 de octubre del Año Santo Mariano de 1954, pudo ser ya una realidad: la inauguración de la Capilla, satisfacción cumplida, no sólo de las Religiosas, sino de numerosos seglares del pueblo que en ello estuvieron también muy interesados.

Desde 1972, se inicia un cambio notable en la Enseñanza Privada por la concesión de las subvenciones; el alumnado crece considerablemente y se hacen necesarias nuevas instalaciones, más amplias y mejor acondicionadas. En 1976, el 18 de julio, se tiene la bendición del nuevo colegio, utilizando los locales anexos a la casa y parte de la huerta, quedando el resto del solar para campo de juego y deportes.

En 1981, la asociación de Padres, colabora en la mejora del campo y en la pavimentación de una parte del patio.

La Comunidad hoy, cuenta con 17 Religiosas. La labor apostólica y educativa se centra sobre todo, en el alumnado que viene al colegio, ahora mixto; en los padres de familia y en el profesorado, pero también, queriendo extender nuestra misión evangelizadora, trabajamos en  las Parroquias, a través de la catequesis y en las escuelas estatales, mediante las clases de educación en la fe.

Queremos, aunque sólo sea con carácter informativo, hacer referencia expresa a la Escuela Puente que lleva M. Presentación González con los niños, generalmente gitanos, que por no tener una escolaridad de forma regular, no pueden integrarse en sus niveles correspondientes, dentro de las escuelas estatales. El trabajo es lento, paciente y exige una gran constancia por parte del maestro, que supla de alguna manera, la que le falta a los alumnos.

Cual sea el porvenir, más inmediato, que nos espera… lo dejamos confiadamente en manos del Dios Providente y de la Virgen Inmaculada.

Desde estas breves páginas de nuestra historia, queremos recordar y agradecer a las Madres que, dada la misión de Superioras de la Comunidad, han ido conduciendo la obra y misión concepcionista, desde nuestra Madre Fundadora hasta nuestros días:

 

–          1906    M. Candelaria Boleda

–          1933    M. Matilde Martínez Torres

–          1945    M. María Hualde Landa

–          1946    M. Matilde Martínez Torres

–          1955    M. Presentación Sánchez-Villacañas Manzaneque

–          1958    M. Carmen Gil Gil

–          1961    M. Nieves García Matilla

–          1964    M. Teresa Baranda López

–          1967    M. María del Valle García San Martín

–          1970    M. Josefina Herrero Gómez

–          1971    M. Mª Luisa Barrio Villena

–          1976    M. Emilia Rivero Benito

–          1982    M. Amalia Olmos Luciáñez

 

Y a quienes, desde esta Comunidad, han terminado su peregrinar y alientan nuestro camino con su ejemplo.

–          11-11-1907     Hna. Auxiliadora Rivera Guerra  (novicia)

–          08-12-1910     M. Antonia Lapeña

–          01-07-1923     M. Marciana Fernández Ortega

–          13-03-1932     M. Teresa Cotrina Ruiwamba

–          04-11-1932     M. Dominga Ramos Carricajo

–          13-01-1936     M. Margarita Erviti Platero

–          13-10-1938     M. Margarita Goñi

–          23-03-1948     M. Rosario Rubio González

–          07-02-1950     M. Tomasa Garín Garde

–          26-03-1954     M. Socorro Irujo Beunza

–          01-02-1957     M. Concepción Arias Zarza

–          08-11-1957     M. Avelina Salvador Martín

–          05-09-1958     M. Dolores Murillo Echamendi

–          25-07-1961     M. Purificación Matamala Ortiz

–          21-10-1961     M. Julia Murillo Esaín

–          27-08-1969     M. Soledad Vegas Díez

–          24-12-1969     M. Misericordia Rendo Blanco

–          16-08-1970     M. Milagros Gómez Aragón

–          01-05-1980     M. Margarita Mendívez Membrilla

 

¡Descansen en paz!

 

Manzanares, mayo de 1984